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El azul del alma

Dulce Villarreal2 agosto, 2017 Leave a comment

El rojo, el naranja, el verde, todos los colores mantienen el mismo nombre, pero no el mismo significado.

Ningún color es lo que era antes, todos se han transformado, ya nada es literal.

El cielo, el agua, los mares, ninguno se mantiene igual. Antes todo era estático, quieto, limpio, claro. Después todo ha cambiado.

El azul del alma le ha dado a todo lo que me rodea un nuevo concepto.

La representación de las olas es ahora desvaída. El salvaje interior del alma es lo que mueve a la naturaleza ahora, en el después.

El calor del verano, las nubes y el cielo ya no combinan entre si, todo desequilibrado.

Las hojas de los árboles, la madera, el pasto, lo que antes conocía, lo anteriormente fresco, lozano, refrescante, todo ha conmutado.

Azul vibrante, cristalino, ensordecedor, deslumbrante. Azul puro, complejo, abrazador.

Había un antes, donde lo que me rodeaba era abrigador, limpio, sutil. Ahora, después, ya nada cubre, el ambiente es insípido y disperso. Después es ahora, luego nada.

El azul arrasó con todo a su paso, profundo, inquieto. No se va a ir y, aunque lo hiciera, su estela permanecerá y se incrustará en todos los demás colores que ya hay dejado de existir.

Metamorfosis, transformación. Ahora yo soy azul, no ensordecedor azul, no complejo, no abrazador, pero la simbiosis está aquí, en el después, en el ahora, en el siempre.