En este libro no hay niños tristes
Gabriel Rodríguez Liceaga (Ciudad de México, 1980) es un escritor prolífico, y además, un buen escritor. Él es el autor de Niños Tristes, un volumen de nueve cuentos publicado en 2013 por el Fondo Editorial Tierra Adentro.
Las primeras páginas arrancan con dilemas y rencores de microbuseros que, convergen en un día en que la Calzada de Tlalpan se satura porque habrá clásico: el América y las Chivas jugarán en el Estadio Azteca; aunque eso es lo de menos en el primer cuento de este libro, pues otros asuntos están en juego. Nada qué ver con “Los Werners falsos”, una buena historia en la cual, la paciencia de un documentalista en la selva peruana se pone a prueba.
En otra de las historias de Niños tristes, hay un perro llamado Brunello, que al parecer su dueño es el oficial Muñoz, guardia de una galería de arte. En realidad “Brunello no es de Muñoz; cada noche, al terminar el turno, va y lo entrega”; ¡pobre de Muñoz si algo le pasara a Brunello!
El cuento titulado “En el instructivo dice que los arrojes a la basura aún vivos”, tiene una trama que de inicio se antojaría simplona, pero que, a través de la caza de un ratón se va tornando profunda y compleja, como los recuerdos de esa relación de pareja que al parecer terminó, o quizá no. En esas andan Silvia y Efraín, personajes de “Naiden sabe amar”, que llevan “casi un año sin hacer el amor, pero ojalá ese fuera su único problema…” Como le sucedió también a Laura, que está inmersa en una búsqueda complicada en los puestos piratas de películas porno.
Niños tristes es un libro delgado pero intenso, de prosa ágil con historias que se alojan sin remedio en la mente. Después de leerlo me quedaron ganas de explorar más textos de Gabriel Rodríguez Liceaga. Seguro lo haré.
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Datos completos del libro: RODRÍGUEZ LICEAGA, Gabriel; Niños tristes; Ciudad de México: Fondo Editorial Tierra Adentro, 2013; 76 pp.