Microcuentos

Los microcuentos o microrrelatos son historias que, como su nombre lo indica, son historias sumamente breves. Demuestran en un sinfín de maneras que no se necesitan de cientos de palabras para transmitir algo o dejar una enseñanza.
Personalmente creo que los microcuentos son más complejos que la mayoría de los cuentos “comunes” no sólo por la manera tan clara en que están escritos, sino porque el trasfondo o la premisa son tan subjetivos que nos da a los lectores un montón de posibilidades y significados distintos.
A continuación presento algunos de los microcuentos más cortos que se han escrito que a más de alguno dejarán pensativo y con ganas de seguir leyendo.
Knock (Frederic Brown)
El último hombre sobre la tierra, estaba sentado sólo en una habitación. De repente, tocaron a la puerta.

El dinosaurio (Augusto Monterroso)
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Cuento de horror (Juan José Arreola)
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones.

El hombre invisible (Gabriel Jiménez Emán)
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.

El Emigrante (Luis Felipe Lomelí)
-¿Olvida usted algo? -Ojalá.

¡Sorpresa! (José Costa Santiago)
La primera mañana después de mi muerte.

Toque de queda (Omar Lara)
-Quédate, le dije.
Y la toqué.

El globo (Miguel Saiz Álvarez)
Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño.

Poema,I (Alba Omil)
De nuevo lo golpeó la realidad, con saña. Quiso aislarse del mundo. Borrarlo. Reconstruirlo. Y escribió el poema.

El Cid y Jimena (Marco Denevi)
Se amaron después de tantas dificultades que en el lecho nupcial les pareció que amarse no valía la gran cosa.

El mundo (Juan José Arreola)
Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

Calidad y cantidad (Alejandro Jodorowski)
No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.

Tú y yo (Marco Denevi)
Leímos todo cuando había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor.

Misterios del tiempo (Alejandro Jodorowski)
Cuando el viajero miró hacia atrás y vio que el camino estaba intacto, se dio cuenta de que sus huellas no lo seguían, sino que lo precedían.

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